Células del sistema inmune

La hematopoyesis es el proceso mediante el cual se producen las células sanguíneas a partir de una célula madre pluripotencial con capacidad de autorrenovarse.

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Células del sistema inmune

La proporción de las células del sistema inmune son esenciales para mantener la homeostasis en el organismo, ya que un desequilibrio en ellas, favorecería la aparición de infecciones por microorganismos patógenos, la pérdida de la tolerancia inmunológica a nuestros propios componentes y la aparición de tumores. De ahí la importancia de conocer las características, funciones e interacciones que llevan a cabo las diferentes subpoblaciones que integran este sistema.

La hematopoyesis es el proceso mediante el cual se producen las células sanguíneas a partir de una célula madre pluripotencial con capacidad de autorrenovarse. Esta célula madre se encuentra en la médula ósea y de ella derivan dos linajes celulares: la célula progenitora linfoide y la célula progenitora mieloide. La célula progenitora linfoide participa en la formación de los linfocitos T y B y las células asesinas naturales o NK (por sus siglas en inglés Natural Killers). Por el otro lado, la célula progenitora mieloide participa en la formación de los eritrocitos, las células precursoras de los leucocitos polimorfonucleares, monocitos, células dentríticas y células precursoras de plaquetas llamadas megacariocitos. Observa el siguiente esquema para que lo anterior te quede más claro.

Ahora conozcamos las características y la función de cada una de ellas.

  • Linfocitos

    Son células redondas de aproximadamente 5-12 micras, de citoplasma escaso y un núcleo que constituye alrededor del 90 % del volumen celular. Los linfocitos se clasifican, de acuerdo a sus funciones y marcadores de superficie, en linfocitos T y linfocitos B.

    1. Los linfocitos T se originan, como toda célula sanguínea, en la médula ósea, pero terminan de madurar en el timo. Las células T poseen un receptor membranal, que se parece a las inmunoglobulinas, denominado receptor de células T (TCR), y éste sirve para identificar al antígeno de forma específica. Debes saber que existen dos tipos de linfocitos T: los citotóxicos y los cooperadores. Los linfocitos citotóxicos tienen la función de lisar a las células que presenta o poseen péptidos extraños al organismo, por ejemplo, los péptidos de los virus que son expresados por aquellas células que los hospedan. Los linfocitos cooperadores, como su nombre lo indica, tienen la función de ayudar a que, tanto los linfocitos T como los linfocitos B y los fagocitos, realicen sus funciones apropiadamente.

    2. Los linfocitos B tienen como función principal la producción de anticuerpos. La mayoría de los linfocitos B que circulan por la sangre expresan dos isotipos en su membrana plasmática: IgM e IgD. Estos, al igual que los linfocitos T, también presentan un receptor específico para el antígeno denominado BCR. Los linfocitos B proliferan como resultado del reconocimiento directo de los antígenos, esto lleva consigo la activación y diferenciación de estos en células plasmáticas productoras de anticuerpos o en células B de memoria. Estas células de memoria tienen la función de producir respuestas rápidas y de más intensidad, ante una segunda o subsiguientes exposiciones al antígeno.

  • Células asesinas naturales (NK)

    Estas células nacen con la capacidad de reconocer lo extraño, adherirse a él, y tratar de destruirlo, por lo cual son un elemento importante de la inmunidad innata. En su citoplasma hay gránulos que contienen unas moléculas llamadas porinas y granzimas. Las porinas tienen la función de hacer huecos o poros en las membranas de las células blanco, lo que provoca que a la célula ingresen iones y electrolitos que no deben, produciendo de esta manera la lisis de la célula a destruir por medio de un estallido osmótico. Las granzimas son inyectadas a través de los poros formados y tienen la capacidad de inducir la muerte celular programada de la célula atacada. Las células NK atacan bacterias, células tumorales, algunos virus como el de la varicela, y también algunos parásitos.

  • Polimorfonucleares

    Son células cuyos núcleos presentan mudchos lóbulos y conforman el mayor porcentaje de los leucocitos presentes en el organismo. Entre estos podemos encontrar a los neutrófilos, eosinófilos y basófilos.

    1. Neutrófilos. Estos constituyen 90 % de los polimorfonucleares y responden a una gran cantidad de agentes quimioatrayentes, como las proteínas del complemento. Estas células son capaces de fagocitar y destruir directamente a patógenos como bacterias, virus y hongos, ya que tienen gránulos en su interior que poseen diversas enzimas que dañan a los patógenos. También pueden liberar el contenido de sus gránulos al exterior para causar inflamación. Tienen receptores membranales, que les permiten rodar por los vasos sanguíneos hasta llegar al lugar donde hay inflamación.

    2. Eosinófilos. Constituyen 2 al 5 % de los leucocitos sanguíneos en las personas sanas, se encuentran principalmente en los tejidos. Tienen la capacidad de exocitar sus gránulos al exterior para atacar a grandes parásitos que no pueden ser fagocitados. Estas células se caracterizan por participar en los procesos alérgicos.

    3. Basófilos. Constituyen una fracción minoritaria de los leucocitos sanguíneos, pues sólo representan una fracción inferior al 0.2 %. Contienen gránulos con histamina, sulfato de condroitina, que participan en las reacciones inflamatorias y alérgicas.

  • Monocitos

    Los monocitos viajan en la sangre y forman parte de los fagocitos mononucleares, estos pueden viajar hacia los diferentes tejidos del cuerpo, y al madurar reciben el nombre de macrófagos; pueden llegar a vivir semanas o años. Se caracterizan por tener un amplio repertorio de receptores que reconocen una gran cantidad de antígenos, de modo tal que cuando un macrófago anda como policía en busca de los malvados, es decir, de los patógenos, y los encuentra, entonces realizará dos cosas: la primera es que los fagocitará y los digerirá; después liberará al exterior moléculas químicas que servirán a otras células del sistema inmune de señal para que vengan en su ayuda, ya sea para reparar el posible daño que este patógeno haya causado, o para que lo ayuden con la infección.

  • Mastocitos

    Los mastocitos son células que fueron diseñadas para organizar inflamaciones de emergencia, se encuentran muy cerca de los vasos sanguíneos, permitiéndoles regular su permeabilidad. El patógeno tiene la capacidad de activar al mastocito haciendo que éste libere grandes cantidades de sustancias químicas inflamatorias, como la histamina, lo que hace que la zona donde fue localizado el patógeno se inunde con plasma sanguíneo, y leucocitos procedentes de los vasos locales y el patógeno es acorralado por fuerza.

Autoevaluación

Para revisar que te haya quedado claro el tema, arrastra el concepto a su definición.

 

MastocitosPolimorfonuclearesMonocitosLinfocitos BCélulas asesinas (NK)Linfocitos T
DefiniciónConcepto

Existen dos tipos: citotóxicos y cooperadores.

Su función principal es la producción de anticuerpos.

En su citoplasma tienen gránulos de porinas y granzimas que les ayudan a destruir agentes extraños.

Se dividen en neutrófilos, eosinófilos y basófilos.

Cuando maduran reciben el nombre de macrófagos.

Libera sustancias químicas inflamatorias como la histamina

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