Algunas fibras musculares se clasifican en rápidas y lentas, por ello, el trabajo muscular no es ni continuo ni uniforme. Las respuestas a los cambios del entorno no son y no pueden ser iguales, ni de la misma intensidad.
Una respuesta rápida e intensa, como la que lleva a la captura de una presa, exige un tipo de trabajo muscular diferente al que se necesita en una migración.
Los músculos de un atleta de fondo han de tener capacidades distintas a las de un levantador de pesas. Mientras el primero realiza un trabajo sostenido, el último hace un gran esfuerzo en poco tiempo. Los músculos encargados de mantener la postura del cuerpo, tienen un trabajo constante que no tienen los músculos de las piernas encargados del desplazamiento.

Clic para ver mas grande la imagen
Las diferencias que existen entre la cantidad de glucógeno almacenado en el sarcoplasma de la fibra y la capacidad de obtener y retener oxígeno, es decir, la cantidad de mioglobina del sarcoplasma, son las que determinan el tipo de fibra muscular, por eso hay fibras que se especializan en dar respuestas rápidas y fuertes o en responder de manera lenta y sostenida.
Sin embargo, todos los músculos están formados por tres tipos de fibras que se distinguen por su diámetro y color: gruesas y blancas, delgadas y rojas e intermedias y rosadas, y cada una de estas fibras tienen una velocidad de contracción diferente, las blancas y rosadas son rápidas en tanto que las rojas son lentas. Su activación en el músculo no es sincrónica, primero se activan las rojas y al final las blancas.
Tampoco están en la misma proporción en todos los músculos, las blancas abundan en el brazo, en tanto que las rojas son abundantes en el cuello, formando los músculos que sostienen la cabeza erguida, en las piernas abundan las rosadas.
La función del ATP y de las proteínas es de suma importancia para varios procesos reguladores del organismo. Pero ¿qué influencia tienen el ATP y las proteínas durante la movilidad voluntaria de los músculos estriados?
Cuando tienes el deseo de mover el brazo de inmediato se envía una señal, a las neuronas motoras que salen de la médula espinal, para que se vayan ramificando hasta llegar a las fibras musculares del brazo, lo que de inmediato provoca que se inerven y se contraigan, lo que te lleva a mover el brazo. Lo mismo sucede con cualquier deseo voluntario e involuntario para realizar este tipo de acciones.
Al trabajo en conjunto, entre la neurona y las fibras musculares que inerva se le ha denominado unión neuromuscular, que consiste en una sinapsis química donde los axones (terminaciones de la neurona) pierden su capa de mielina y se dividen para ubicarse en hendiduras superficiales que tiene la fibra muscular.

Clic para ver mas grande la imagen
Excitación neuromuscular
La unión neuromuscular la podemos dividir en presináptica y postsináptica, esta última posee una lámina basal donde penetran regularmente los llamados surcos postsinápticos que, penetran en la fibra muscular, conformando la placa motora. En la zona donde se contacta la fibra, la rama de la neurona forma una dilatación conocida como la hendidura sináptica primaria, que es revestida por el sarcolema. Esta hendidura puede ramificarse y originar hendiduras secundarias.
La conformación de esta estructura, permite que la señal que llega al punto de la fibra muscular, pase y se propague al resto de las fibras musculares que se unen por esa placa basal. Es importante recordar que la sinapsis que se produce en la unión neuromuscular es química, por lo cual se tienen vesículas en la membrana presináptica y receptores específicos en la membrana postsináptica.
