La aliteración es un recurso literario basado en la repetición de sonidos específicos, en palabras cercanas, con el fin de producir un efecto particular. El Diccionario de la real academia española agrega que esta repetición se realiza con fines expresivos.
No debemos confundir la aliteración con la onomatopeya. La primera logra, mediante la repetición de un sonido, evocar una imagen, emoción, sensación o sentimiento. La onomatopeya intenta reproducir, en palabras, un sonido específico como el maullido de un gato (miau) o el caer de un objeto (pum).
Un bello ejemplo de aliteración se encuentra en los versos marcados en color rojo:
En los pinares del Júcar
vi bailar a unas serranas,
al son del agua en las piedras
y al son del viento en las ramas...
Luis de Góngora

Retrato de Góngora (1630) [Grabado de Jean de Courbes (grabado)]
Estampa a buril. Biblioteca Nacional de España.
Si lees en voz alta estos dos versos, notarás que la lengua realiza movimientos que evocan el chapoteo del agua en las piedras y el susurro de aire entre las ramas.