Corrientes literarias

La corriente o escuela supone una intención de renovación estética como reacción a una estética anterior, la cual se transforma expresándose con un estilo y recursos que le dan rasgos característicos, lo que finalmente configura una nueva visión del mundo.

add
B@UNAM

Corrientes literarias

¿Qué es la literatura?

Lo que llamamos literatura es, entre otras cosas, una tradición que podemos remontar a la aparición del hombre. Desde luego esta larga historia no se abordará aquí, pero sí es importante que conozcas una muestra de cómo se dan estas regularidades y recurrencias de temas, personajes, estilo, atmósferas, que los historiadores de la literatura, al estudiar las obras de un periodo determinado, identifican a posteriori como corrientes o escuelas literarias.

¿Qué son las escuelas o corrientes literarias?

Cada corriente o escuela está ligada a procesos histórico-sociales que comprenden cambios generales, principalmente el de la estructura económico-política , por ejemplo, del feudalismo al surgimiento del estado primitivo y el capitalismo. En el nivel ideológico el cambio se traduce en una visión del mundo. La corriente o escuela supone una intención de renovación estética como reacción a una estética anterior, la cual se transforma expresándose con un estilo y recursos que le dan rasgos estéticos característicos, lo que finalmente configura una nueva visión del mundo.

En algunos casos un grupo de artistas hace una declaración expresa de sus principios estéticos con intenciones de renovación, por ejemplo, los surrealistas, escuela artística del inicio del siglo XX. En otros casos, los artistas ni se agrupan, ni sistematizan sus propuestas estéticas, a veces ni siquiera se manifiesta una intención común de renovación, pero cuando los historiadores estudian las obras del periodo, identifican una tendencia que, con fines de descripción, permite hablar de una corriente.

Cabe mencionar que los conceptos de escuela, corriente o movimiento son acuerdos que se establecen por consenso y describen aspectos generales de ciertas obras, autores y países, pero no son descripciones totales, es decir, siempre hay excepciones y particularidades de obras, autores y países. En nuestra cultura, se acostumbra tomar como paradigma, lo que se llama literatura occidental, referida a algunos países europeos que han tenido mayor influencia cultural. Sin embargo, esta clasificación deja fuera a las literaturas asiáticas, africanas, y a un sector importante de las americanas e inclusive a algunas de las europeas.

Para una visión panorámica muy general de las corrientes principales de la literatura occidental ve el siguiente mapa podrás ubicarlas y conocer datos generales sobre los rasgos estéticos y la visión del mundo que las distinguen.

Corrientes literarias de la literatura occidental

Agrupan obras que comparte diferentes elementos, tales como: Ideas estéticas de un estilo, que expresan una visión del mundo elaborada en un momento histórico social específico.

Antigüedad Clásica | Siglo V a.C.-Siglo V d.C.

La visión del mundo en esta época se distingue por los rasgos estéticos que buscaban la perfección, el equilibrio y la universalidad. Existía una economía basada en el esclavismo, se concebía que el origen del universo y la vida humana se encontraban ligados a la mitología politeísta. La vida del hombre se valoraba, y existía una perspectiva racionalista de carácter precientífico. Se construye la idea de democracia y se abordan temas mitológicos y humanos.

Literatura Medieval | Siglo V-finales del XIV

La visión del mundo corresponde a la economía basada en el feudalismo. Se valora lo espiritual, y se desprecia la vida terrena y humana. Prevalece una visión teocéntrica, en la que se concibe el origen del universo y la vida humana ligados al cristianismo, por lo que se crea la idea del pecado y el castigo. Se prioriza la religión y la guerra para obtener poder. Sus modelos son: caballero leal, dama pura, monje célibe. Los rasgos estéticos son el heroísmo y la lealtad. Se caracteriza por obras de carácter anónimo en las que prevalecen los temas bíblicos, la pureza, el castigo a pecadores, los temas didácticos y morales, los milagros y el amor cortés.

Renacimiento | Finales del siglo XIV-siglo XVI

La visión del mundo corresponde al inicio de la economía capitalista. Se valora la vida humana y terrena. Es antropocéntrica, concibe al hombre como centro y medida del universo. Prioriza el racionalismo y la búsqueda de la fama. Desarrolla las ciencias humanas y crítica a la iglesia. Favorece el comercio, los viajes y los descubrimientos. Los rasgos estéticos se caracterizan por retomar los que aparecían en la antigüedad clásica. Se busca el equilibrio, la elegancia y la claridad. Presenta héroes inteligentes y hábiles. Aborda temas humanos como: amor, venganza, goce de la vida, y placeres, así como la crítica la religión.

Barroco | siglo XVII

La visión del mundo corresponde a una economía de mercado, en la que se vivían numerosas revueltas, levantamientos y rebeliones. Marca el inicio de la Edad Moderna, pugna entre la nobleza y la incipiente burguesía, genera grandes diferencias sociales. Impone la humildad y laboriosidad al pueblo como nueva moral. Valora lo heroico lo religioso y lo cortesano. Se debate entre el sensualismo vital y el ascetismo. Rasgos estéticos: retoma elementos del Renacimiento, pero con función ornamental. Presenta un estilo hiperbólico, complicado, recargado, dinámico. Busca crear una realidad más rica y significativa. Aborda temas como el desencanto, el honor, la muerte, el amor, el equívoco y lo engañoso.

Neoclasicismo | 2ª mitad del XVII - 1ª mitad del XVIII

La visión del mundo corresponde al capitalismo e inicio de la Revolución Industrial. Es el siglo de la Ilustración, dedicado más a la crítica que a la creación. Se valora la racionalidad y el intelecto que ejerce la crítica. Predomina la actividad filosófica y política, y en la ciencia, el empirismo. Rasgos estéticos. Se somete a la autoridad de los clásicos antiguos como modelos a imitar. Acata la jerarquización y la separación de los géneros y sus reglas preceptivas. Presenta subordinación a la corrección de estilo y la finalidad didáctica. Aborda temas relacionados con lo permanente del ser humano, así como temas no personales, ni íntimos.

Romanticismo | 2ª mitad del siglo XVIII- XIX.

Movimiento iniciado en Alemania e Inglaterra, que presenta una visión del mundo que se corresponde a la plenitud de la Revolución Industrial. Presenta ideales de libertad, y valora lo histórico, la cultura medieval, lo pintoresco, lo folklórico, y lo popular. Prioriza el sentimiento, la fantasía y el ensueño sobre la razón. Tiende al subjetivismo e idealismo. Destaca la desilusión por contradicción entre lo ideal y lo real. Rasgos estéticos. Relaciona la naturaleza con los estados de ánimo. Sus ambientes son: lugares solitarios, cementerios, castillos en ruinas. Prefiere a los antihéroes y a personas deformes. Rompe con las reglas del Neoclasicismo. Mezcla prosa y verso. Aborda temas confidenciales, religiosos y paganos, como: amor idealizado, o imposible, muerte, suicidio, soledad y sufrimiento, leyendas. Exalta el yo del autor y revela su intimidad.

Edgar Allan Poe, escritor de esta corriente literaria:

Realismo | finales del siglo XIX

Iniciado en Francia, con una visión del mundo que se corresponde con el capitalismo y la producción de mercancías en serie. Valora el método científico. Se basa en el Materialismo y el Positivismo. Desarrolla dualismos entre espíritu y materia. Reconoce imperfecciones humanas. Carece de grandes ideales, su meta es el bienestar económico. Rasgos estéticos. Pretende retratar la realidad. Busca la objetividad. Es detallista y abunda en descripciones. Usa lenguaje sencillo coloquial con giros regionalistas. Presenta los problemas sociales, especialmente los de las clases más pobres y el estudio de la conducta humana. Aborda temas reales, como defectos humanos, avaricia, falsedad, hipocresía. Prefiere el género narrativo en tercera persona, para dar impresión de objetividad.

Charles Dickens, escritor de esta corriente literaria.

Modernismo | Finales del siglo XIX- primera década del siglo XX

Corriente literaria que tuvo su origen en América, en la que la visión del mundo se correspondía con el capitalismo y el intercambio comercial mundial. Presenta ideas imperialistas, racistas. Valora el progreso y los avances tecnológicos. Presenta deshumanización y crisis de valores. Fluctúa entre la irracionalidad, el vitalismo y el espiritualismo. Tiende al cosmopolitismo, idealismo, y a evadir la realidad. Rasgos estéticos. Se inspira en el Simbolismo, Parnasianismo, y culturas griega y oriental, China, Japón y Edad Media. Sus ambientes son urbanos, ciudades, paisajes nocturnos. Prefiere: princesas hadas, faunos, sátiros, ninfas, vampiros. Presenta arte aristocrático, el arte por el arte, belleza ideal, sensualidad, refinamiento, renovación métrica. Aborda temas variados y románticos, como: sentimientos, fantasías, misterio, ensueño, nostalgia, ocultismo,teosofía, satanismo, lo otoñal. Usa: símbolos, metáforas, lenguaje refinado, ritmo musical.

José Martí, representante de esta corriente literaria

Vanguardias | Periodo entre guerras del siglo XX

La visión del mundo se corresponde al capitalismo comercial mundial. Se ubica en el primer tercio del siglo XX. Caracterizado por crisis económicas, políticas y sociales, y la producción industrializada tiende a la uniformidad y deshumanización. Propicia la vida cosmopolita. Abolición de las distancias, viajes y contactos. Valora la intuición, lo metafísico, el subconsciente, lo tradicional. Reconoce limitaciones de la irracionalidad y el cientificismo. Muestra un espíritu combativo e irónico. Se integra por un conjunto de movimientos:

  • Futurismo 1908
  • Expresionismo 1910
  • Cubismo 1913
  • Creacionismo 1914
  • Dadaísmo 1916
  • Ultraísmo 1928
  • Surrealismo 1924
  • Ultraísmo 1928

Realismo mágico| 2ª mitad del siglo XX

Movimiento iniciado en América, que puede considerarse como la tendencia narrativa actual. Presenta una visión del mundo que se corresponde con la economía imperialista. Presenta un enfoque totalizador de la realidad. Valora el pasado indígena. Reconoce los problemas de Latinoamérica y el mundo. Busca la identidad cultural del hombre latinoamericano. Carece de fe en las instituciones. Tiende al desencanto, pesimismo y deshumanización. Rasgos estéticos. Fusiona realidad, magia o fantasía. Penetra en el pasado mítico de Latinoamérica y la realidad inconsciente. Usa un lenguaje cuidado, preciso y claro. Presenta novedosas técnicas heredadas de las vanguardias, como: monólogo, diálogos, narración en 1ª persona. Aborda temas universales: soledad, muerte, culpa, venganza, problemas existenciales, injusticia social. Alterna el pasado con el presente.

Tendencias entre 1946 década de los 70´s

La visión del mundo corresponde a la industrialización multinacional, que exige mano de obra barata y equipo sofisticado que causa desempleo provocando el conflicto Norte-Sur. Periodo de numerosos conflictos agravados por la Guerra Fría y la de Vietnam. Caracterizado por la crisis por los recursos para la sobrevivencia. Propicia el activismo político y ambiental, contra el colonialismo, discriminación e intervencionismo. Tiende al enfoque dramático de la situación del mundo, donde identifica: inestabilidad, sobrepoblación, hambre, masificación, desigualdad e injusticia. Rasgos estéticos. La narración y ficción, prioriza la manera en que se dicen las cosas sobre lo dicho, por ejemplo: el monólogo interior, las acciones simultáneas, los experimentos con la estructura, la perspectiva, el punto de vista, y el tiempo. Se experimenta con mezcla de géneros, novela-ensayo, novela-periodismo. Se abordan temas humanos, éticos y políticos. Propicia la comercialización masiva y el fenómeno del Boom latinoamericano y del best-seller.

Autoevaluación

Realiza la lectura del siguiente texto y responde las preguntas que se presentan a continuación.

Fragmento Cien Años de Soledad

Gabriel García Márquez

Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo. Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y caña brava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea, y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquíades, hizo una truculenta demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia. Fue de casa en casa arrastrando dos lingotes metálicos, y todo el mundo se espantó al ver que los calderos, las pailas, las tenazas y los anafes se caían de su sitio, y las maderas crujían por la desesperación de los clavos y los tornillos tratando de desenclavarse, y aun los objetos perdidos desde hacía mucho tiempo aparecían por donde más se les había buscado, y se arrastraban en desbandada turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades. «Las cosas tienen vida propia —pregonaba el gitano con áspero acento—, todo es cuestión de despertarles el ánima.» José Arcadio Buendía, cuya desaforada imaginación iba siempre más lejos que el ingenio de la naturaleza, y aún más allá del milagro y la magia, pensó que era posible servirse de aquella invención inútil para desentrañar el oro de la tierra. Melquíades, que era un hombre honrado, le previno: «Para eso no sirve.» Pero José Arcadio Buendía no creía en aquel tiempo en la honradez de los gitanos, así que cambió su mulo y una partida de chivos por los dos lingotes imantados. Úrsula Iguarán, su mujer, que contaba con aquellos animales para ensanchar el desmedrado patrimonio doméstico, no consiguió disuadirlo. «Muy pronto ha de sobrarnos oro para empedrar la casa», replicó su marido. Durante varios meses se empeñó en demostrar el acierto de sus conjeturas. Exploró palmo a palmo la región, inclusive el fondo del río, arrastrando los dos lingotes de hierro y recitando en voz alta el conjuro de Melquíades. Lo único que logró desenterrar fue una armadura del siglo XV con todas sus partes soldadas por un cascote de óxido, cuyo interior tenía la resonancia hueca de un enorme calabazo lleno de piedras. Cuando José Arcadio Buendía y los cuatro hombres de su expedición lograron desarticular la armadura, encontraron dentro un esqueleto calcificado que llevaba colgado en el cuello un relicario de cobre con un rizo de mujer.


En marzo volvieron los gitanos. Esta vez llevaban un catalejo y una lupa del tamaño de un tambor, que exhibieron como el último descubrimiento de los judíos de Amsterdam. Sentaron una gitana en un extremo de la aldea e instalaron el catalejo a la entrada de la carpa. Mediante el pago de cinco reales, la gente se asomaba al catalejo y veía a la gitana al alcance de su mano. «La ciencia ha eliminado las distancias», pregonaba Melquíades. «Dentro de poco, el hombre podrá ver lo que ocurre en cualquier lugar de la tierra, sin moverse de su casa.» Un mediodía ardiente, hicieron una asombrosa demostración con la lupa gigantesca: pusieron un montón de hierba seca en mitad de la calle y le prendieron fuego mediante la concentración de los rayos solares. José Arcadio Buendía, que aún no acababa de consolarse por el fracaso de sus imanes, concibió la idea de utilizar aquel invento como un arma de guerra. Melquíades, otra vez, trató de disuadirlo. Pero terminó por aceptar los dos lingotes imantados y tres piezas de dinero colonial a cambio de la lupa. Úrsula lloró de consternación. Aquel dinero formaba parte de un cofre de monedas de oro que su padre había acumulado en toda una vida de privaciones, y que ella había enterrado debajo de la cama en espera de una buena ocasión para invertirlas. José Arcadio Buendía no trató siquiera de consolarla, entregado por entero a sus experimentos tácticos con la abnegación de un científico y aun a riesgo de su propia vida. Tratando de demostrar los efectos de la lupa en la tropa enemiga, se expuso él mismo a la concentración de los rayos solares y sufrió quemaduras que se convirtieron en úlceras y tardaron mucho tiempo en sanar. Ante las protestas de su mujer, alarmada por tan peligrosa inventiva, estuvo a punto de incendiar la casa. Pasaba largas horas en su cuarto, haciendo cálculos sobre las posibilidades estratégicas de su arma novedosa, hasta que logró componer un manual de una asombrosa claridad didáctica y un poder de convicción irresistible. Lo envió a las autoridades acompañado de numerosos testimonios sobre sus experiencias y de varios pliegos de dibujos explicativos, al cuidado de un mensajero que atravesó la sierra, se extravió en pantanos desmesurados, remontó ríos tormentosos y estuvo a punto de perecer bajo el azote de las fieras, la desesperación y la peste, antes de conseguir una ruta de enlace con las mulas del correo. A pesar de que el viaje a la capital era en aquel tiempo poco menos que imposible, José Arcadio Buen día prometía intentarlo tan pronto como se lo ordenara el gobierno, con el fin de hacer demostraciones prácticas de su invento ante los poderes militares, y adiestrarlos personalmente en las complicadas artes de la guerra solar.


Durante varios años esperó la respuesta. Por último, cansado de esperar, se lamentó ante Melquíades del fracaso de su iniciativa, y el gitano dio entonces una prueba convincente de honradez: le devolvió los doblones a cambio de la lupa, y le dejó además unos mapas portugueses y varios instrumentos de navegación. De su puño y letra escribió una apretada síntesis de los estudios del monje Hermann, que dejó a su disposición para que pudiera servirse del astrolabio, la brújula y el sextante.

Responde a las siguientes preguntas:

1. ¿Qué se cuenta?

compara tu respuesta

2. ¿Quién participa en lo que se cuenta?

compara tu respuesta

3. ¿Dónde sucede?

compara tu respuesta

4. ¿Por qué pasó lo que se cuenta?

compara tu respuesta

5. ¿Cómo pasó lo que se cuenta?

compara tu respuesta

6. Con base en lo que has podido analizar del texto, consideras que se trata de:

7. Enumera las principales características que descubres en el texto para poder clasificarlo como una novela de ese tipo:

compara tu respuesta

menu