
Al iniciar la lectura de cualquier texto es posible que uno se pregunte si la información será interesante o si nos servirá. Por ello es útil aventurar alguna breve respuesta a cada una de estas preguntas antes de comenzar a leer en detalle. A esto se le conoce con el nombre de prelectura. En esta primera etapa de aproximación, realizamos acciones como las siguientes:

- Recorrer rápidamente con la mirada el texto o documento para observar si está dividido en partes y si incluye ilustraciones de algún tipo. Reparar en esto nos permite identificar secciones, apartados e ilustraciones.
- Detenerse a leer solo el título y los subtítulos y, si es el caso, las breves explicaciones que aparecen con letra pequeña debajo de las ilustraciones. Esto permite hacer predicciones acerca del contenido del texto.
- Plantear preguntas sobre lo que sabemos del tema, por ejemplo: ¿dónde he oído esto?, ¿se relaciona con otro tema que ya conozco?, ¿este tema es totalmente nuevo para mí?, ¿me interesa?, ¿me sirve? Esto nos permitirá recordar lo que ya sabemos del asunto, o bien prepararnos para recibir información novedosa.
- Aventurar una hipótesis acerca del contenido del texto.