La argumentación es valiosa no solo para nuestra vida académica, sino también para las decisiones que tomamos a diario. Cuando se argumenta existe la intención de convencer, persuadir o demostrar al receptor para que acepte o piense lo que el emisor desea. Para esto utiliza proposiciones como la tesis, las premisas y la conclusión.
Argumentar, según la Real Academia Española (2007), significa “aducir, alegar, poner argumentos, disputar, discutir”, es decir, argumentar consiste en aportar razones para defender una opinión, ya sea en forma oral, visual o escrita.
Desde el punto de vista del propósito comunicativo, la argumentación implica un conjunto de estrategias del emisor para modificar el juicio del receptor acerca de determinado problema o para establecer la justeza del punto de vista o conclusión del emisor.
