Una de las maravillas de la naturaleza radica en que su comportamiento está apegado al consumo mínimo de energía en sus procesos, lo que conlleva un ahorro de energía, que para la humanidad ha sido un tema de preocupación en las últimas décadas. Por ello, en la medida que entendamos el funcionamiento de la naturaleza, podremos obtener mayor provecho de ella y preservarla.
A través del tiempo, el ser humano ha obtenido grandes logros al comprender el funcionamiento del movimiento de un electrón acelerado por una fuerza dentro de un campo magnético (en la construcción de televisores), el desplazamiento a velocidad constante de un móvil que no recibe fuerza alguna (naves espaciales) o bien la trayectoria de un proyectil sujeto a una fuerza constante (satélites artificiales). De este modo, vemos que el conocimiento a detalle de los fenómenos que involucran el movimiento resulta importante. Una manera de modelar el movimiento es a través de una ecuación cuadrática.

Sin embargo, en la solución de una ecuación cuadrática, algunas veces nos encontramos con resultados que aparentemente no tienen correspondencia con la realidad. A continuación revisaremos algunos de estos casos.
Interpretación de los valores encontrados
Vamos a trabajar un ejemplo en donde se combina el caso del tiro vertical y la caída libre, para lo cual te proponemos la siguiente situación:
Te encuentras en un edificio, asomándote por la ventana del segundo piso (a 6 m del suelo) y observas a un joven que lanza un manojo de llaves a otra persona que está en la ventana del piso de arriba (a 9 m del suelo). En su primer intento, las llaves solamente llegan a una altura de 8 m, por lo que la persona de arriba no puede alcanzar el manojo.
Para darnos una mejor idea de la situación, veamos el siguiente esquema:
