Se considera que el agua es un recurso natural renovable, pero limitado, esto quiere decir que aunque se pueda reponer a través de la recarga de los mantos acuíferos, debemos ser muy cuidadosos en controlar el gasto de este valioso recurso, porque su uso desmedido dificultará su reposición a través de mecanismos naturales, lo que conducirá irremediablemente a la escasez.

El agua es necesaria para la vida y para la salud, la requerimos para que nuestro organismo funcione adecuadamente, y para que se puedan generar las condiciones de higiene que nos ayudan a mantener nuestra salud. La utilizamos también para el riego de los cultivos de nuestros alimentos.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) prevé que para el año 2050 la producción mundial de alimentos aumente en un 70%, lo que ejercerá una presión sin precedentes en muchos sistemas de producción agrícola en todo el mundo. Estos sistemas dependen de los recursos de tierras y aguas, que a menudo están limitados por prácticas agrícolas insostenibles¹.

Por ello es necesario tomar consciencia de dos aspectos fundamentales:

1. la crisis que como humanidad estamos enfrentando debido al inminente agotamiento del agua y
2. las terribles condiciones en las que se encuentra una buena parte de la población mundial relacionadas con la falta de acceso a este recurso esencial, y los problemas de salud que se producen como consecuencia de esto.

Muchas enfermedades están relacionadas con el agua y el saneamiento, ubicándose incluso entre las principales causas de muerte en niños menores de cinco años, pues 800 niños mueren cada día por enfermedades diarreicas, asociadas con una higiene pobre por falta o escasez de agua, o bien por el consumo de agua contaminada².

El acceso al agua es crítico para el desarrollo socioeconómico, tener ecosistemas sanos, reducir la incidencia de enfermedades, mejorar la salud, bienestar y la productividad de las poblaciones. Por ello, la ONU en su Objetivo de Desarrollo Sostenible 6, propone como asunto prioritario alcanzar el acceso al agua potable y el saneamiento para todos.

El agua en México y el mundo

En el año 2010 se reconoció en la Asamblea General de las Naciones Unidas el derecho humano al agua y al saneamiento. Es decir, todos los seres humanos tenemos derecho a una cantidad de agua suficiente para el uso doméstico y personal (entre 50 y 100 litros de agua por persona y día), y esta agua debe ser segura y asequible, pero también debe estar accesible físicamente (la fuente debe estar a menos de mil metros del hogar y no deberían superarse los 30 minutos en su traslado)³.

Pese a lo anterior, se estima que hasta 40% de la población del mundo se enfrenta a la escasez de agua y tiene grandes dificultades para acceder a los servicios más elementales, mientras que 1800 millones de personas aún utilizan como si fuera potable, agua contaminada por restos fecales².

En México la calidad del agua se encuentra comprometida, pues el 35.8% de los sitios de monitoreo de la red de agua superficial, según la evaluación llevada a cabo por CONAGUA en el año 2019, incumple con los límites aceptables en cuanto a alguno de estos aspectos: toxicidad, presencia de enterococos, demanda bioquímica de oxígeno a cinco días, y demanda química de oxígeno⁴.

Y el 31% incumple con los límites aceptables en alguno de estos aspectos: presencia de escherichia coli, coliformes fecales, sólidos suspendidos totales, y porcentaje de saturación de oxígeno. Sólo el 33.2% cumple con los límites aceptables de calidad.

Garantizar el acceso al líquido vital, constituye actualmente un reto para el Estado mexicano, pues de los 653 acuíferos que tiene el país⁵, 105 se encuentran sobreexplotados, 18 tienen intrusión marina y 32 se encuentran bajo el fenómeno de salinización de suelos y aguas subterráneas salobres⁶.

Para enfrentar la problemática del agua y las necesidades de saneamiento, será necesario tomar medidas correctivas y realizar inversiones adecuadas en infraestructura, proporcionar instalaciones sanitarias y fomentar prácticas de higiene⁷. En esta tarea fundamental, el ODS 6 nos proporciona una guía y orientación.

El ODS 6 y sus metas

El sexto Objetivo del Desarrollo Sostenible es garantizar la disponibilidad y la gestión sostenible del agua, así como el saneamiento para todos. Veamos el siguiente video para comprender mejor en qué consiste este ODS y cuáles son las formas para avanzar hacia la sostenibilidad en este ámbito.

Este ODS engloba un total de ocho metas. En México se hace el seguimiento del logro de dos de estas ocho metas, la 6.3 y 6.a, veamos en qué consisten.

Logros de México en torno a las metas del ODS 6

En relación con la meta 6.3, en México sólo un poco más de la mitad (51.09%) de las aguas residuales domésticas son tratadas de forma segura, por lo que se requieren redoblar los esfuerzos para lograr avances más sustanciales en este ámbito (ver mapa de abajo).

En lo que se refiere a la cooperación internacional para la construcción de capacidades para desarrollar actividades y programas relativos al agua y el saneamiento (meta 6.a), en México se han tenido flujos financieros para abastecimiento de agua y saneamiento, que varían considerablemente en cada año. Por ejemplo, en el año 2001 el flujo financiero dedicado a este sector fue de $1.84 millones de dólares, mientras que en el año 2014 este flujo ascendió hasta los $254.35 millones de dólares y para el año 2017 fue de 13.16 millones de dólares, tal y como puede observarse en la gráfica que aparece a continuación.

Aunque México solo realiza el seguimiento puntual de estas 2 metas, existen datos de México que están disponibles para consulta en relación con las otras metas que integran este ODS. Para acceder a estos datos da clic en la meta correspondiente:

Conclusión

Para hacer frente a la crisis mundial del agua y la creciente demanda para satisfacer las necesidades humanas, comerciales y agrícolas se requiere de la participación de todos nosotros. Como miembros activos y conscientes de la sociedad a la que pertenecemos es importante exigir a los gobiernos una rendición de cuentas transparente, una inversión sostenida en infraestructura que permita asegurar el saneamiento y el acceso universal al agua, pero también contribuir con el gasto y consumo de agua que nosotros mismos hacemos, y reflexionar acerca de otros ámbitos que se encuentran bajo nuestro control y que pueden contribuir al desarrollo sostenible de nuestro país y nuestro planeta. Por ejemplo, la planificación familiar es una herramienta útil que se encuentra bajo nuestro estricto control y si se ejerce con responsabilidad estaremos contribuyendo a mejorar la calidad de vida y desarrollo del planeta.

Referencias:

¹FAO (2020, 20 de octubre). insert_link Gestión de los sistemas en peligro.

²Organización de las Naciones Unidas (2020, 20 de octubre). insert_link Objetivo 6: Garantizar la disponibilidad de agua y su gestión sostenible y el saneamiento para todos.

³Organización de las Naciones Unidas (2020, 20 de octubre). insert_link Agua.

⁴Comisión Nacional del Agua (2020, 20 de octubre). insert_link Calidad del agua en México.

⁵Diario Oficial de la Federación (2018). insert_link Acuerdo por el que se actualiza la disponibilidad media anual de agua subterránea de los 653 acuíferos de los Estados Unidos Mexicanos, mismos que forman parte de las Regiones Hidrológico-Administrativas que se indican.

⁶Comisión Nacional del Agua (2019). insert_link Situación de los recursos hídricos.

⁷Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (2020). insert_link Objetivo 6: Agua limpia y saneamiento.

Autoevaluación

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