Una estrategia muy efectiva para potenciar la creación de empleos consiste en fomentar la industrialización inclusiva y sostenible, la innovación y la creación de infraestructura1.
Todos estos aspectos resultan de suma importancia para garantizar el desarrollo sostenible de los países y dependen del progreso científico y tecnológico que la humanidad en su conjunto y los países en lo local puedan lograr. Para ello será necesario aumentar la inversión en investigación e innovación científicas, pues es a través de ellas que se pueden proponer soluciones duraderas que impulsen el crecimiento económico, el desarrollo y como consecuencia de éste el bienestar de los pueblos del mundo.
No obstante, muchos países en el mundo, sobre todo aquellos que tienen menores ingresos, enfrentan severas limitaciones en infraestructura lo que impacta a su vez en alrededor del 40% de la productividad de las empresas1.
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A nivel mundial, existe un 16% de la población que no tiene acceso a redes de banda ancha móvil y en muchos países en desarrollo existen también deficiencias en infraestructura básica, es decir, carreteras, tecnologías de la información y la comunicación, saneamiento, energía eléctrica y agua1.
Es por ello que la Organización de las Naciones Unidas (ONU), plantea en su Objetivo de Desarrollo Sostenible 9, construir infraestructuras resilientes, promover la industrialización sostenible y fomentar la innovación.