Yalta y Potsdam

Ante la cercanía de la derrota de los países del Eje, los gobernantes de las potencias aliadas se reunieron varias veces con el propósito de sentar las bases del “nuevo orden”. Los gobernantes de Estados Unidos, Franklin D. Roosevelt; de la URSS, José Stalin; y de Inglaterra, Winston Churchill, se reunieron en Yalta en febrero de 1945, donde el representante de Estados Unidos y el inglés intentaron detener un posible expansionismo soviético sobre Europa Oriental, sin conseguirlo. Se decidió dividir a Alemania en zonas de influencia y la entrada en guerra de la URSS contra Japón. Los personajes mencionados, llamados por la prensa “Los tres grandes” no se pusieron de acuerdo en el tipo de gobierno provisional a formarse en Polonia.

Después de la rendición alemana, en julio de 1945, se volvieron a reunir los representantes de las tres potencias, esta vez en Potsdam. En la reunión se selló la suerte de una Alemania derrotada por segunda vez: pago de reparaciones económicas, desnazificación, desmantelamiento de la industria pesada y formación de un tribunal internacional que tendría la misión de juzgar a los criminales de guerra.

Hiroshima y la bomba atómica

Los representantes de los Estados Unidos, la Unión Soviética y Gran Bretaña lanzaron desde Potsdam un ultimátum que exigía a Japón la rendición sin condiciones. Tokio lo rechazó y ante ello el presidente norteamericano Truman (Roosevelt había muerto en abril) decidió recurrir a la bomba atómica fabricada por los Estados Unidos. Esta decisión, motivada preferentemente por razones estratégicas, implicaba una segunda intención: la bomba no sólo doblegaría la resistencia japonesa, permitiendo a los norteamericanos ahorrar hombres y medios, sino que también serviría para hacer más precavido a Stalin en sus pretensiones. El 6 de agosto se lanzó la primera sobre Hiroshima, que quedó arrasada. Dos días después la URSS declaró la guerra al Japón y el Ejército Rojo penetró en Manchuria y en Corea. El 9 de agosto fue arrojada otra bomba atómica sobre Nagasaki y al día siguiente Tokio comunicó sus propósitos de rendición.

El 15 de agosto, el emperador japonés anunció por radio el término de la guerra, pidiendo al pueblo que aceptase la voluntad imperial. Los representantes japoneses firmaron la rendición el 2 de septiembre de 1945. Con ello concluía la era de las catástrofes.

Autoevaluación

Elige la respuesta correcta: