La electrónica se ubica, según algunos autores, en el centro de la Tercera revolución industrial, determinando cambios importantes en la vida cotidiana y el trabajo. Mencionemos como un fenómeno social que ha desaparecido, la tendencia a la concentración de la población en torno a los grandes complejos industriales clásicos de la Segunda revolución industrial, ya que actualmente la producción puede dividirse en instalaciones descentralizadas, conectadas entre sí por computadoras, e incluso en laboratorios artesanales de pequeñas dimensiones.
El transistor, ese minúsculo objeto electrónico será parte del origen de toda la transformación. En 1942 tres físicos estadounidenses inventaron el transistor, ese invento les valió el Nobel de Física en 1956. Este dispositivo electrónico semi conductor sustituyó paulatinamente a las válvulas termoiónicas de tres salidas que popularmente se les conoció como bulbos. Estas válvulas eran caras por dos elementos: por el material de sus componentes y por el consumo de energía que utilizaban para su funcionamiento.
Con ellos funcionaron todos los aparatos electrónicos desde un radiorreceptor hasta las computadoras de toneladas de peso. Por su naturaleza cuando más materiales se desarrollaron para ser conductores, el transistor se podía fabricar más y más pequeño, utilizando menos material. Aunque al principio el transistor era caro, conforme más se vendía, su precio bajaba.

Fuente: insert_link Pixabay
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