Introducción
La historia de Estados Unidos está marcada por movimientos migratorios de gran trascendencia, desde su conformación hasta la actualidad. Para entender la ola migratoria que se dio a lo largo del siglo XIX y principios del XX, revisaremos los antecedentes que dieron origen a la conformación de esta nación.
Aunque el territorio actual de los Estados Unidos antes de la llegada de los europeos estaba habitado por cerca de 200 etnias indígenas, que sumaban aproximadamente una población de entre diez y doce millones de personas y su nivel de desarrollo iba desde sociedades de cazadores y recolectores hasta agricultores, y presentaban características culturales específicas, ejemplo de lo cual eran las más de 50 lenguas que hablaban. La historia moderna de ese país está marcada por las migraciones de europeos, asiáticos y africanos. En este texto revisaremos las dos primeras.
Colonización, siglos XVII y XVIII
Las primeras naciones en tener contacto con el territorio norteamericano fueron España y Francia sucesivamente. Sin embargo, fueron los británicos quienes establecieron asentamientos coloniales de gran importancia. A finales del siglo XVI,Inglaterra comenzó su acercamiento al continente americano con múltiples expediciones al norte.
Desde el punto de vista económico, Inglaterra destacaba en el siglo XVII por el desarrollo de una fuerte industria y la aplicación de nuevas tecnologías en la agricultura. En las ciudades, crecía el comercio y las manufacturas; principalmente textiles, que fortalecieron a la clase burguesa. En el campo, la formación de grandes latifundios provocó numerosos desplazamientos de gente sin tierra a los centros urbanos. El comercio de esclavos y la piratería dieron pie a una fuerte acumulación de capitales. En el ámbito internacional, los ingleses eran considerados militarmente poderosos, sobre todo por su flota.
A mediados del siglo XVII, la Gran Bretaña sufrió una revolución político-social (1640 – 1660) que instauró una monarquía constitucional, basada en un sistema representativo.
La consolidación de la Iglesia anglicana, independiente de Roma y con tendencias calvinistas moderadas, tomó fuerza para el siglo XVII, lo que originó la persecución de católicos y de diversos grupos protestantes (los puritanos, los calvinistas, los cuáqueros).
Bajo este contexto, la colonización de América ofrecía nuevos mercados, la oportunidad de tierra y un mejor nivel de vida, así como refugio a los perseguidos religiosos, entre otros muchos aspectos. Para justificar su entrada en el nuevo continente, los ingleses hicieron toda una campaña de desprestigio contra España, debido a su incapacidad para aprovechar los recursos americanos y a las atrocidades que cometía contra los indígenas: difamaciones conocidas como “La leyenda negra”.
La formación de las colonias británicas quedó en manos de compañías privadas, que en busca de mercados, tierras y nuevas inversiones, financiaban la empresa, proporcionaban colonos y designaban al gobernador y la política que debería seguirse en los futuros asentamientos. En 1606, las compañías de Londres y Virginia y la compañía de Plymouth fueron las primeras con éxito en fundar asentamientos en el actual estado de Virginia. Para la corona todos los colonos conservaban sus derechos de ingleses, así como sus hijos. Podían comprar tierra, establecer comunidades, portar armas y legislar a su nueva sociedad. Durante los siglos XVII y XVIII, se fundaron en total trece colonias a lo largo de la costa Atlántica del actual territorio de los Estados Unidos.
Para 1690, el número de habitantes de las Trece colonias era aproximadamente de 210,000. La mayoría eran agricultores, y sólo una pequeña porción vivía en las ciudades. No existía una nobleza refinada como en Inglaterra, ya que el rey no quiso fundar una aristocracia colonial. La mayoría de los colonos habían sido campesinos, artesanos, obreros o pequeños comerciantes. Existía un gran número de “sirvientes por contrato” o prisioneros que al cabo de trabajar durante varios años obtenían una porción de tierra y/o su libertad.

Fuente: insert_link Wikipedia.
Los principales oficios de los colonos eran granjeros, plantadores, sirvientes escriturados o contratados, artesanos, comerciantes, marinos y trabajadores no calificados. Más del 80% de la población se dedicaba a la agricultura en el siglo XVII y mediados del XVIII.
Los nuevos habitantes lograron gran independencia política de su metrópoli, impulsaron importantes manufacturas, desarrollaron cultivos productivos, promovieron la educación primaria y superior, decretaron la libertad de cultos y comenzaron su expansión hacia el oeste, lo que provocó una política de desplazamiento y exterminio de los grupos de indios para poder así edificar una sociedad totalmente inglesa.
Inspirados en las ideas puritanas, se consideraban elegidos por Dios para regenerar al mundo, y su éxito era prueba de su superioridad y de su salvación. A través del trabajo comunitario glorificaban a Dios y rompían los estamentos señoriales. El proceso colonizador muchas veces fue organizado por grupos religiosos, unidos por su oposición a la Iglesia Anglicana y por pactar una nueva forma de organización social. Ejemplo de ello fueron “el contrato de Mayflower”, de puritanos calvinistas asentados en Plymouth y las comunidades de cuáqueros al norte de la costa atlántica.