En el occidente de Europa las ciudades fueron recuperando el papel activo perdido durante la crisis del imperio romano. Esto comenzó en el siglo X y continuó hasta el XIII. Es importante no perder de vista que el número de habitantes de las ciudades europeas era menor al de las urbes orientales de la misma época.
Estas ciudades se habían convertido en los lugares más dinámicos de la economía. Los mecanismos del desarrollo urbano fueron, desde entonces, incontenibles. Sin las ciudades mercantiles y artesanales, tal como se constituyeron y se organizaron socialmente, la economía europea no se habría diferenciado de las de los otros continentes. Entonces, las ciudades pueden considerarse como uno de los elementos que más incidieron en el desenvolvimiento futuro de Europa.
Ciudad | Habitantes |
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Kaifeng y Hangzhou (China) | Más de un millón |
Constantinopla | 200 mil |
Milán y Venecia | Más de noventa mil |
Londres | 40 mil |
París | 80 mil |
Génova y Florencia | 60 mil |
El desarrollo de las ciudades se asentó sobre dos bases económicas: la organización productiva y la organización distributiva. Respecto a la primera, en las ciudades se localizaban los artesanos, y al paso del tiempo, los talleres manufactureros, en tanto que en lo que atañe a la organización distributiva, ya hemos visto el papel de los comerciantes. Las ciudades comenzaron a albergar a grupos de artesanos y comerciantes que se organizaron en gremios y guildas (corporación de mercaderes), respectivamente para proteger sus intereses. Los comerciantes, a quienes llegaba finalmente el dinero de feudales, clérigos y siervos, vieron crecer sus ganancias e hicieron transacciones cada vez mayores.

Fuente: insert_link Pixabay.