Las características geográficas del territorio griego marcaron su poblamiento inicial. Se dieron asentamientos en las costas debido a los enormes recursos marítimos, a la navegación y al intercambio comercial desarrollado en los puertos.
Dado que gran parte del suelo era seco y rocoso se crearon focos poblacionales junto a los ríos y lagos para el desarrollo de la agricultura (vid, cítricos, aceitunas, platanares, etc.) fomentando así con dicha dificultad en el terreno la movilidad de los pueblos en busca de mejores condiciones. Por lo que se pueden definir tres regiones de poblamiento:
- Peninsular; hasta el Peloponeso,
- La insular; (Creta, Eubea, Delos y Egeida) y
- En el continente asiático (Efeso y Mileto).
La historia de Grecia, al igual que la de otras civilizaciones, está marcada por la presencia de numerosos grupos étnicos que migraron a su territorio. Los pelasgos, provenientes del Asia Menor, fueron de los primeros pueblos que habitaron el territorio continental griego. Paralelamente, en la zona insular del Mediterráneo floreció la cultura egeo–cretense de 3,000 a 1,500 a. C. en la isla de Creta.

La cultura cretense
La cultura cretense también es conocida como minoica debido a Minos, uno de sus principales reyes. Con influencias de Egipto, Mesopotamia y de los pueblos hititas del Asia Menor, los cretenses desarrollaron una cultura caracterizada por el uso de metales como el cobre, proveniente de Chipre, el estaño y el bronce. También desarrollaron la navegación y la construcción de ciudades con un complejo diseño arquitectónico (patios, habitaciones, almacenes…).
La ciudad más importante fue la de Cnosos; no tenía grandes templos pero es muy famosa por su palacio, en el que se han encontrado grandes vasijas de almacenamiento y bellos murales. Los habitantes adoraban al toro. Existía la leyenda de que en el palacio de Cnosos, el cuál parecía un laberinto, habitaba un toro que pedía sacrificios de jóvenes, varones y doncellas.
Los avances tecnológicos y artísticos de esta sociedad se expandieron por todo el mar Egeo y las costas adyacentes. Hacia 1800 a. C. llegaron al territorio de Grecia distintas oleadas de grupos indoeuropeos (aqueos, eolios, jonios y dorios) denominados helenos, que se establecieron en diferentes regiones e interactuaron con la avanzada cultura cretense. Su origen era continental por lo que no estaban familiarizados con las actividades marítimas pero sí conocían el manejo de metales como el cobre y el hierro.
La invasión de los aqueos significó la decadencia de Creta y el nacimiento de una nueva civilización aquea y cretense, denominada cultura micénica, por ser la ciudad de Micenas el centro de poder.